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miércoles, 29 de junio de 2016

Objetificación de la mujer

Una chica publicó en Twitter un claro ejemplo de objetificación de la mujer (ver a la mujer como un objeto en lugar de como una persona) producto del pensamiento machista. Comparto:

Ayer leía al forocochero medio hablando de que irse de putas "sale rentable" porque al final sale más barato. Véis de dónde sale su "lógica", ¿no? Hablaban de "lo que se gastan de normal en un polvo". Cena, cine, gasolina... Continuemos con su "lógica". Todos estos gastos no son gastos de ocio. Son una inversión de la que quieren sacar sexo posteriormente. [...] Asocian esos gastos a la esperanza de sexo porque no son capaces de ver a la persona que tienen enfrente como algo más que una vagina andante.




jueves, 23 de junio de 2016

Decálogo de buenas prácticas para una comunicación publicitaria no sexista.

El Decálogo de buenas prácticas para una comunicación publicitaria no sexista fue creado por el Observatorio de Género del Círculo Uruguayo de la Publicidad y establece las siguientes 10 reglas básicas a tomar en cuenta al momento de crear una publicidad:


  1. TOMEMOS PARTIDO POR UNA PUBLICIDAD MÁS RESPONSABLE. Que existan casos de sexismo en nuestra industria, no significa que no podamos hacer algo para cambiarlo. Quizás no dependa de nosotros la decisión final, pero podemos incidir cotidianamente con pequeñas acciones. Del compromiso individual depende el cambio colectivo. Hagamos pública nuestra postura en favor de una publicidad sin sexismo. Que no nos impide defender los derechos de todas las personas, es parte de nuestro deber como profesionales y como seres humanos.

  2. APRENDAMOS A IDENTIFICAR EL SEXISMO EN LOS MENSAJES. Cuando prejuzgamos roles y actitudes basándonos exclusivamente en el género de la otra persona, estamos siendo sexistas. Y aunque el sexismo este incorporado a nuestra vida diaria, es una forma de discriminación. Si somos capaces de identificarlo y evitarlo, lograremos una comunicación que no excluya a las personas ni lesione sus derechos. Estos ejemplos de sexismo pueden ayudarte a identificarlo: "las mujeres no entienden de tecnología", "todas las niñas quieren ser princesas", "todas las mujeres quieren ser madres", "todos los niños quieren ser superhéroes", "todos los hombres saben de mecánica", o "los hombres no lloran".

  3. ELIMINEMOS EL USO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO COMO RECURSO CREATIVO. Eliminemos la violencia de género y, muy especialmente, la violencia sexual de la comunicación publicitaria uruguaya. La descalificación es violencia, la cosificación es violencia. Y cualquier mensaje que muestre o sugiera sometimiento sexual o acoso, también es violencia. Como publicistas tenemos un rol clave en la construcción de respeto, tolerancia, y en evitar toda acción que pueda promover la violencia.

  4. NO PROMOVAMOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO. Construir mensajes que refuercen los estereotipos tradicionales que asignan a la mujer al ámbito privado (cocina, limpieza, cuidado de los hijos, compras) y al hombre al ámbito público (trabajo, vida social, deportes, política) reduce las oportunidades, las libertades y los derechos de las personas. La sociedad ha cambiado y deberíamos poder reflejar esos cambios. Ni el rol de la mujer se reduce únicamente al ámbito privado, ni el rol del hombre solo al ámbito público. Ser hombre o mujer no determina tu rol en la sociedad.

  5. NO ALENTEMOS PREJUICIOS EN BASE AL GÉNERO. Ni todos los hombres son valientes, agresivos, activos, graciosos, heterosexuales, rápidos, independientes, inteligentes y decididos, ni todas las mujeres son pacíficas, cálidas, sumisas, dulces, responsables, serias, frágiles, sensibles e histéricas. Encasillar a alguien en una actitud únicamente por su género es prejuzgar y no admitir que existen tantas formas de ser como personas hay en el mundo.

  6. EVITEMOS PERPETUAR LAS RELACIONES TRADICIONALES DE PODER Y SUBORDINACIÓN. Mujeres y hombres tienen la misma capacidad de desempeñarse en cualquier cargo de decisión, por lo tanto, para construir una comunicación más igualitaria, debemos evitar subordinar un género a otro, por ejemplo, representando a las mujeres siempre como secretarias y a los hombres siempre como jefes, o a la mujer tomando las decisiones de crianza y al hombre cometiendo errores "tontos" en las tareas del hogar. Como publicistas, también debemos ser responsables de representar las relaciones entre hombres y mujeres no exclusivamente como vínculos sexuales, sino como lo que son en realidad: un intercambio de ideas, experiencias y cooperación, en el trabajo, en el tiempo libre y en casa. 

  7. REPRESENTEMOS A LAS PERSONAS COMO SUJETOS NO COMO OBJETOS. Presentar a una persona o a su cuerpo como el premio que viene después de consumir el producto promocionado o recurrir a la imagen del cuerpo humano solamente para captar la atención, es una de las formas de publicidad sexista más extendidas. Las personas son sujetos, no objetos que puedan transformarse en propiedad de nadie, por tanto no pueden ser o sugerirse como parte de una transacción comercial. Hipersexualizar la imagen de una persona en un aviso o utilizar una persona por sus atributos físicos como decoración, sin un rol asignado, es presentar a la persona como un objeto.

  8. INTENTEMOS UTILIZAR FORMAS DE EXPRESIÓN QUE NO EXCLUYAN A NINGÚN GÉNERO. El lenguaje es la primera forma de inclusión, pero nuestro lenguaje, en muchas ocasiones, omite o invisibiliza el aporte y el punto de vista de las mujeres. Más allá del debate sobre la doble designación (todas y todos, invitadas e invitados) podemos ser creativos y redactar de forma tal de excluir a la menor cantidad de personas posibles eligiendo formas de expresión más amplias, por ejemplo, "humanidad" en lugar de "el hombre" o "estudiante" en lugar de "alumno" y "alumna". Lo importante es reflexionar sobre qué palabras utilizamos y revisar si estamos excluyendo al utilizarlas.

  9. PROMOVAMOS MODELOS ALCANZABLES. Si alentamos en nuestras campañas la imagen de un hombre que es valorado sólo por su habilidad para el dinero, los deportes y la conquista sexual heterosexual, o un modelo de mujer que hace más de lo humanamente posible y cumple con estándares de belleza irreales, no estaremos reflejando la diversidad de deseos y voluntades que tienen las múltiples personas que componen nuestra sociedad. Intentemos impulsar modelos posibles, que no atenten contra nuestra propia salud y felicidad, ni la de las personas que nos rodean.

  10. DIFUNDAMOS Y CONTAGIEMOS BUENAS PRÁCTICAS. Construir una industria libre de sexismo es una tarea y una responsabilidad colectiva. Para lograrlo, necesitamos comunicar, contagiar y promover buenas prácticas en nuestros hogares y lugares de trabajo. La difusión de esta guía y otros materiales que consideremos útiles, así como compartir y celebrar ejemplos de publicidad inclusiva, son acciones que ayudan a mejorar nuestro ámbito profesional y, como consecuencia, la sociedad entera. Te invitamos a comentar y compartir este material con tus colegas, con tus cliente y con la dirección y los empleados de la empresa u organización a la que pertenezcas, además de, por supuesto, ponerlo en práctica.